¿Papa tradicionalista o progresista?

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez   

 

Hay de noticias a noticias… y la de este lunes 11 de febrero se convirtió, de por sí, en ¡La Gran Noticia! Nadie esperaba la renuncia del Papa Benedicto XVI. No hay necesidad de elucubrar sobre las razones de esta decisión pues él mismo las ha aclarado: “En el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien este ministerio”.
Resulta curioso que en este momento donde muchos -¡Muchos!- ven agonizar a la Iglesia Católica, y donde su influencia pareciera no caber en nuestro mundo postmoderno, la gran noticia es la renuncia de un anciano a su cargo de Romano Pontífice.
Por otra parte, también es sorprendente leer y escuchar muchas declaraciones positivas como las del Primer Ministro de Israel quien reconoce a Benedicto XVI “como el principal líder espiritual de nuestro tiempo”. Así como la del Primer Ministro británico David Cameron, quien afirmó: "Mis mejores deseos al Papa Benedicto después de su anuncio de hoy. Él ha trabajado sin descanso... Él va a ser extrañado como líder espiritual de millones".
Por su parte, el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby, nuevo jefe de la Iglesia Anglicana, dijo que "es con pena en el corazón, pero completo entendimiento, que nosotros supimos esta mañana de la declaración del Papa Benedicto por su decisión de renunciar a la misión de ministro como Obispo de Roma, un cargo que él ha mantenido con gran dignidad, sabiduría y coraje".
Alguien escribió que esta no es la primera vez que el Papa renuncia, pues está acostumbrado a hacerlo: Ha renunciado a una vida normal: a tener una esposa, hijos, a ganar un sueldo; ha renunciado a la mediocridad; a horas de sueño para estudiar y trabajar; a la comodidad que un hombre a su edad podría tener rodeado de sus nietos ante una chimenea en su casa; a disfrutar de unas vacaciones en sitios turísticos…
Lo que queda claro es que la Iglesia sigue siendo noticia. Pero en el mundo de los medios no todos saben sobre asuntos eclesiásticos. Me he sorprendido -no debería a estas alturas- la ignorancia que muchos periodistas evidencian sobre estos temas. ¡Cuántas tonterías he leído y escuchado estos días! ... ¡Dame paciencia Señor!
Hay dos grandes posturas sobre la cancha: De un lado, las preguntas de los periodistas donde se privilegian temas como: Tradicionalistas o progresistas; las edades de los cardenales electores; los candidatos favoritos; las presiones de los grupos de poder en la Iglesia… y del otro lado las respuestas que da la gente de fe: Admiración llena de cariño ante la decisión del Papa; confianza en la asistencia del Espíritu Santo para la cercana elección papal; las muchas y confiadas oraciones de ricos y pobres, sabios e ignorantes…
No cabe duda: Dios sigue… y parece que seguirá, escribiendo derecho en renglones torcidos.