Ecualización de las áreas vitales
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a vivir realizando
actividades diversas, pero sin ser conscientes de en qué área de
nuestra vida estamos trabajando, y sin plantearnos si estamos
donde deberíamos estar. Todo ello nos lleva a vivir sin analizar
nuestra vida, sin fijarnos metas concretas y, por lo mismo, sin
buscar los medios para mejorar.
Lo anterior puede resultar demasiado genérico y confuso. Por lo
que vamos a enumerar diez áreas que nos conviene “ecualizar”
armónicamente.
1- Ubicación social. Nuestro nivel socioeconómico se manifiesta
en sueldos, bienes como la casa -ubicada en un barrio concreto-,
los colegios donde estudian los hijos, la gente con quien
convivimos.
Solemos desear elevar nuestro nivel socio-económico, pero
debemos tener cuidado con los “espejismos”. No existe una clase
perfecta.
2- Desempeño profesional. Los estudios y la capacitación siempre
son buenos, pero podemos descuidar temas más importantes por
pretender subir profesionalmente.
3- Economía. El dinero, al igual que el poder puede dejarnos
sordos y ciegos. Por otra parte, son muchos los padres de familia
que se rigen por el lema de “que no les falte nada a mis hijos” y
por darles bienes materiales descuidan hacerlos virtuosos, con lo
cual pueden terminar siendo egoístas, consumistas y hasta
parásitos. La austeridad puede ser muy formativa en su
educación.
4- Salud física. Éste es uno de los mayores bienes; pero se puede
convertir en un dios al que servir. Hay quienes viven
obsesionados por su bienestar corporal o por su figura atlética. Es
necesario dedicar tiempo al ejercicio, cuidado el calentamiento
para evitar lesiones; vigilar una sana alimentación y hacerse
revisiones médicas periódicas.
5- Salud emocional. Es bueno saber qué es lo que nos produce
estrés, y cómo podemos descansar y desfogar tensiones para no
dañar la convivencia con la familia y los compañeros.
6- Sexualidad. En las relaciones maritales han de trabajar la
inteligencia y la voluntad, no solamente los instintos y las
hormonas. Sabiendo que los cónyuges son seres humanos
necesitados de cariño y comprensión. Todo ello respetando la
naturaleza de los actos encaminados a la creación de los hijos.
Pueden ser, incluso, oportunidades maravillosas para mejorar el
trato entre los esposos.
7- Cultura. Si no cultivamos nuestra ilustración, podemos caer en
un “enanismo cultural”. Muchos medios actuales se enfocan a
divertir, evadiendo temas que nos podrían enriquecer. Como dice
un comercial: “Te hace falta leer más books”, pero también: Te
hace falta visitar museos, galerías de arte, escuchar música
clásica, etc.
8- Solidaridad social. La solidaridad es una virtud que se describe
como: “Todos somos responsables de todos”. Cada año tenemos,
por ejemplo, la oportunidad de colaborar, a través de los centros
de acopio, con quienes sufren las consecuencias de catástrofes
naturales. Nos conviene recordar que las desigualdades sociales
tienen relación, entre otras causas, al desinterés por aquellos que
tienen menos.
9. Vida espiritual. “Vida”. Práctica. Formación doctrinal y
seguimiento espiritual. El espíritu también necesita tiempos para
la oración y el trato con Dios.
10. Familia. Lo primero debe ser el cónyuge y después los hijos.
Seres racionales, libres, diferentes entre sí. Es distinto educar que
amaestrar. Hay que fijar objetivos, medios de evaluación,
evitando la improvisación.
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