Diccionario casero (2)
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Obediencia :
Hermosa y fundamental virtud que permite buscar el bien
de la familia en su conjunto, donde todos colaboran en formas
distintas: los padres mandando y los hijos obedeciendo.
Orgullo : Salitre del alma que puede destruir hasta lo que más
queremos.
Papá :
Cimiento familiar, fortaleza; alguien que con su conducta
habitual educa por cariño, jamás por temor; y de quien los suyos
se sienten orgullosos siempre.
Peatón : Persona que vale tanto como el automovilista, con la
única diferencia de que, se encuentra en franca desventaja de
protección.
Personas del servicio : Parte de la familia, sobre la que los
señores de la casa tienen responsabilidades serias, y que
merecen el respeto de todos en el hogar.
Pleitos :
Ajuste de divergencias, que debe regirse como el boxeo
olímpico, con un máximo de tres "ruonds" de dos minutos cada
uno de pelea limpia, y donde al terminar siguen siendo amigos.
Problemas económicos : Situaciones que, por fortuna, lo único
que se necesita para resolverlas, es dinero.
Razón :
Lo que debería regir el comportamiento humano.
Reflexión :
Actividad previa a todo lo que consideramos importante.
Risa :
Manifestación de alegría, aunque con frecuencia es símbolo
de lo contrario.
Sentimiento :
Lo que muchos argumentan para justificar todo tipo de
conducta, sin importar su adecuación a la ley natural.
Silencio : Ambiente que favorece la meditación y por lo tanto nos
enriquece. En otro sentido, el silencio, puede ser manifestación
de amor, en cuanto nos lleva a respetar la intimidad de los demás
y sus "malos ratos".
Soledad : Situación que conviene procurar de vez en cuando para
poder hacer un balance de nuestra vida; pero que al igual que un
yeso en un brazo fracturado, habrá que evitar lo antes posible,
pues puede atrofiar la felicidad.
Suegra : Persona a quien se le debe el ser del ser más querido.
Sufrimiento :
Realidad inevitable, que prueba las verdaderas virtudes, y
que nos permite acompañar al Hijo de Dios en su pasión.
Teléfono :
Aparato de comunicación para ser utilizado en un máximo
de tres minutos.
Televisión :
Estupendo instrumento que nos abre el mundo entero;
pero que tiene inconvenientes, y al que es necesario vigilar, como
si se tuviera un arma de fuego cargada dentro de la casa.
Tristeza :
Enfermedad del alma que se cura con dos ratos de plática
con nuestro Padre Dios; una buena dosis de olvido de sí mismo,
disuelto en un vaso de preocupación por los demás; y ocho horas
de sueño al día.
Travesuras :
Encantadoras ocurrencias que deberían hacer padres e hijos
juntos.
Unidad :
Vínculo que garantiza la sobrevivencia, y fortalece las
debilidades individuales.
Vanidad :
Pintura que se cae sola. Adorno falso de nuestras miserias.
Valores :
Principios del actuar, que deben ir acordes con nuestra
naturaleza humana; con nuestra vinculación a la familia y el amor
a nuestro país.
Vecinos :
Personas -con toda la importancia que esto conlleva- a las
que hemos de conocer, para poderlas servir, ya que son una
parte importante de nuestra realidad.
Virtudes : Hábitos morales positivos, que nos indican lo que
realmente valemos.
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